Yuliana Paola Rojas Navarro
La criminología está experimentando transformaciones significativas debido a múltiples factores sociales contemporáneos que moldean su futuro inmediato. Estos cambios no solo afectan cómo se entiende el crimen sino también cómo se aborda desde políticas públicas hasta prácticas judiciales.
Uno de los aspectos más destacados es el impacto de la tecnología en el crimen moderno; fenómenos como el cibercrimen han creado nuevos retos para los sistemas legales tradicionales. Las plataformas digitales no solo han facilitado delitos como fraudes o acosos sino también han transformado cómo se percibe la seguridad pública; esto exige una respuesta innovadora por parte de los criminólogos.
Asimismo, hay un creciente reconocimiento de la importancia de las causas estructurales detrás del comportamiento delictivo. En lugar de enfocarse exclusivamente en castigos severos para disuadir crímenes menores o no violentos, hay un movimiento hacia enfoques más rehabilitadores que consideran factores socioeconómicos como pobreza e inequidad. Este cambio refleja una comprensión más profunda de cómo las condiciones sociales influyen en decisiones individuales.
El futuro también verá un aumento en la interdisciplinariedad dentro de la criminología; esto implica colaborar con áreas como psicología social, economía e incluso estudios ambientales para abordar integralmente problemas complejos relacionados con delitos específicos. Por ejemplo, entender cómo los cambios climáticos pueden influir en patrones criminales podría ser crucial para desarrollar estrategias preventivas efectivas.
Finalmente, es fundamental que los futuros profesionales adopten una postura crítica frente al populismo punitivo, que ha ganado popularidad en muchos países. Este enfoque tiende a priorizar respuestas penales severas sin considerar alternativas más efectivas basadas en evidencia científica sobre rehabilitación o prevención. La criminología está llamada a evolucionar hacia un campo más inclusivo e informado por datos empíricos sobre comportamiento humano y estructuras sociales subyacentes al delito; esto garantizará no solo una mejor comprensión del fenómeno criminal sino también respuestas más justas y efectivas ante él.
Referencias
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