Introducción
En el mundo actual, caracterizado por la rapidez de los cambios sociales, tecnológicos y delictivos, el abordaje tradicional de la criminalidad ha quedado obsoleto. Ya no es suficiente con reaccionar ante los delitos una vez cometidos; hoy, el análisis delictual y estratégico se han convertido en herramientas esenciales para anticipar, prevenir y entender de forma más profunda los fenómenos delictivos. Esta entrada inaugura el blog con una visión crítica y fundamentada sobre estas dos metodologías que transforman la manera en que comprendemos el crimen en Costa Rica y en el mundo.
¿Qué es el análisis delictual?
El análisis delictual es el estudio sistemático de los elementos que rodean la comisión de delitos: el comportamiento delictivo, los patrones, las víctimas, los delincuentes, los lugares y momentos de ocurrencia. No es solo una técnica policial, sino una disciplina que bebe de diversas ciencias sociales y que se nutre tanto de datos cualitativos como cuantitativos.
Su objetivo central es brindar información útil, relevante y oportuna para esclarecer delitos, distribuir estratégicamente los recursos policiales y prevenir futuras conductas delictivas. Según Sepúlveda (2009), el análisis delictual permite no solo entender lo que está pasando, sino anticiparse a lo que puede pasar, convirtiéndose en un recurso de planificación táctica y estratégica.
Análisis estratégico: planear para transformar
A diferencia del análisis operativo —más centrado en lo inmediato—, el análisis estratégico se enfoca en la planificación a mediano y largo plazo. No busca detener al delincuente de hoy, sino diseñar políticas públicas, estrategias institucionales y medidas estructurales para disminuir la delincuencia en el futuro. Implica identificar factores estructurales, evaluar políticas existentes y proponer reformas sustentadas en evidencia empírica.
Esto es especialmente útil en el contexto de la criminología aplicada, ya que permite pensar más allá del individuo y observar fenómenos sociales, económicos y culturales que inciden en los patrones criminales.
Una sinergia poderosa: análisis delictual + análisis estratégico
Cuando ambos enfoques se articulan, permiten respuestas más eficaces. Por ejemplo, a través del análisis delictual, se puede detectar un patrón de robos en determinada zona geográfica. A partir del análisis estratégico, se pueden desarrollar políticas urbanas (como mejoramiento del alumbrado público o intervenciones comunitarias) para prevenir que el fenómeno escale o se traslade a otras zonas.
El crimen, como fenómeno complejo, requiere de miradas complementarias. El enfoque reactivo por sí solo está condenado al fracaso. Por el contrario, combinar datos, contextos, proyecciones y estrategias amplía las posibilidades de éxito de cualquier intervención criminológica.
Aplicación práctica en Costa Rica
En Costa Rica, el análisis delictual aún está en construcción dentro de muchas instituciones. Si bien el OIJ y el Ministerio de Seguridad han implementado unidades de análisis, muchas veces estas funcionan más como recopiladores de datos que como verdaderos generadores de conocimiento estratégico.
Un ejemplo preocupante es el aumento de homicidios ligados a estructuras narco en 2024. Aunque los datos existen, no se han articulado de forma estratégica para frenar la escalada. Se han aumentado operativos policiales, pero sin una inteligencia criminal de fondo, los esfuerzos se diluyen.
Esto se refleja en noticias como esta publicación de La Nación (mayo 2025), donde se indica que los homicidios superan los registros del año anterior y aún no hay una política clara de contención.
Una reflexión crítica
Uno de los problemas principales es la falta de institucionalización del análisis delictual en las políticas públicas costarricenses. La información se produce, pero no se integra en los procesos de toma de decisiones. Además, existe una carencia de formación especializada para los analistas, lo que genera un rezago frente a los desafíos actuales.
En países como Reino Unido o Canadá, los analistas delictuales son parte fundamental de la planificación estatal. Se les dota de herramientas, acceso a bases de datos, capacitación continua y se les reconoce como actores estratégicos. En Costa Rica, esta figura aún es vista como un técnico auxiliar.
Como futura criminóloga, considero urgente profesionalizar esta labor e integrarla en todos los niveles de decisión, desde los gobiernos locales hasta las instituciones judiciales. De lo contrario, seguiremos apagando incendios sin atacar la raíz del fuego
Conclusión
El análisis delictual y el análisis estratégico son las dos caras de una misma moneda: la comprensión integral del crimen. No basta con saber qué pasó, debemos entender por qué ocurrió y cómo evitar que vuelva a suceder. Solo así podremos diseñar intervenciones efectivas, humanas y sostenibles.
Los desafíos actuales en Costa Rica requieren de una criminología activa, crítica y propositiva. Como estudiante de esta disciplina, mi compromiso es aportar desde el conocimiento y la ética, entendiendo que cada dato, cada mapa delictual y cada decisión estratégica pueden marcar la diferencia entre la prevención y la tragedia.
Referencias:
Sepúlveda, M. (2009). Introducción al análisis delictual. Fundación Paz Ciudadana.
Fundación Paz Ciudadana. (2010). Análisis delictual: Enfoque y metodología para la reducción del delito.
La Nación. (2025, mayo). Muertes por narcotráfico ya superan las del 2024. https://www.nacion.com
Boba, R. (2005). Crime Analysis and Crime Mapping. SAGE Publications.
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