¿Qué son las políticas públicas y por qué deben importarnos como criminólogos?

 

Introducción

Hablar de políticas públicas parece un ejercicio reservado a los funcionarios o a los politólogos, pero desde la criminología debemos despojarnos de esa falsa distancia. Las políticas públicas son el puente entre la teoría y la acción, entre la intención del Estado y sus efectos reales en la vida de las personas. Como futuros criminólogos, no podemos quedarnos en la crítica académica o en la observación pasiva. Tenemos la responsabilidad de comprender qué son, cómo se diseñan y qué características las definen, porque cada política pública —especialmente en materia de seguridad, prevención del delito, justicia o reinserción— lleva implícita una visión del mundo y de las personas que la habitan.

¿Qué son las políticas públicas?

En términos generales, una política pública es el conjunto de acciones intencionales, planificadas y sostenidas que emprende el Estado para resolver problemas que afectan al interés colectivo. Estas acciones no son espontáneas ni accidentales; son producto de decisiones deliberadas, de diagnósticos sobre la realidad y de prioridades ideológicas y técnicas.

Luis Aguilar Villanueva, uno de los referentes clave en este campo, señala que las políticas públicas no son simplemente lo que hace el gobierno, sino lo que hace con una intencionalidad racional, orientada a objetivos públicos definidos (Aguilar, 1992). Esta distinción es fundamental para no confundir políticas con ocurrencias, ni programas clientelares con decisiones verdaderamente públicas.

El error frecuente consiste en creer que todas las decisiones de gobierno constituyen una política pública. No es así. Para que una acción gubernamental sea considerada como tal, debe cumplir ciertos criterios: planificarse con base en un problema previamente identificado, contar con una lógica de medios y fines, contemplar una implementación sistemática y, sobre todo, estar orientada al bien común.

Diferencia entre política pública, programa y proyecto

La confusión entre estos tres conceptos es común tanto en el discurso político como en el análisis académico superficial. Una política pública es el marco general, la estrategia de acción de mediano o largo plazo que define objetivos amplios (por ejemplo, reducir la criminalidad juvenil). Un programa es un conjunto articulado de actividades dentro de esa política (como un plan nacional de reinserción educativa para jóvenes en conflicto con la ley). Finalmente, un proyecto es la unidad operativa concreta y acotada en tiempo y recursos que ejecuta una parte de ese programa (por ejemplo, abrir un centro educativo piloto en un cantón con alta tasa de delitos juveniles).

Este desglose es esencial porque permite entender el alcance de nuestras intervenciones como criminólogos. No es lo mismo diseñar una política que ejecutar un proyecto. Cada nivel tiene implicaciones técnicas y éticas distintas.

Características de las políticas públicas

Las políticas públicas tienen varias características esenciales que nos permiten distinguirlas y analizarlas críticamente:

1. Intencionalidad

Toda política pública implica una decisión consciente de intervenir en una realidad social. No responde al azar ni a impulsos emocionales. Por ello, su diseño debe ser reflexivo, basado en evidencia y con criterios de justicia social.

2. Orientación al bien común

A diferencia de una política empresarial o privada, la política pública tiene como fin último el beneficio colectivo. Esto implica priorizar intereses sociales sobre intereses individuales o de grupos de poder.

3. Proceso de decisión y acción gubernamental

Una política pública se construye a partir de decisiones gubernamentales, pero en un marco institucional, técnico y social. Involucra diagnósticos, diseño, implementación, monitoreo y evaluación. No se trata de una simple orden o decreto, sino de un proceso complejo y multidimensional.

4. Multiactoralidad

Aunque es promovida por el Estado, una política pública no puede pensarse al margen de otros actores: sociedad civil, sector privado, organismos internacionales, medios de comunicación, etc. Este rasgo es clave para la legitimidad y eficacia de cualquier intervención estatal.

La relevancia desde la criminología

¿Por qué es indispensable que como estudiantes de criminología entendamos las políticas públicas? Porque ellas son el terreno donde nuestras teorías, investigaciones y diagnósticos pueden o no convertirse en acciones concretas.

En la práctica, muchas veces nos encontramos con que las políticas públicas en materia de seguridad están plagadas de prejuicios, improvisaciones o intereses electorales. Comprender sus componentes nos permite identificar cuándo una política está realmente orientada a resolver un problema estructural (como la desigualdad o la reincidencia) y cuándo solo busca aplacar el clamor social o "mostrar resultados" sin cambiar nada de fondo.

Además, desde la criminología crítica, es urgente repensar las políticas públicas desde una ética de los derechos humanos y la justicia social. No basta con reducir tasas de delito si se violan derechos, si se criminaliza la pobreza o si se invisibilizan las causas estructurales de la violencia.

Noticias actuales: Un enfoque nacional e internacional

En el contexto costarricense, el reciente Plan Nacional de Prevención de la Violencia y Promoción de la Seguridad Humana 2023-2027, impulsado por el Ministerio de Justicia y Paz, busca precisamente articular una política pública más integral y preventiva. La estrategia reconoce la necesidad de intervención intersectorial, lo cual es un paso importante para superar enfoques puramente punitivos (La Nación, 2024).

A nivel internacional, la nueva política de descriminalización del consumo personal de drogas en Alemania, que entró en vigor en abril de 2024, ofrece un caso interesante para el análisis. Se trata de una política pública que rompe con paradigmas prohibicionistas, apostando por la salud pública y la reducción del daño como ejes principales. Esto plantea retos y oportunidades para el análisis criminológico en contextos con enfoques más conservadores.

Conclusión: El deber de pensar las políticas públicas

Como futuros criminólogos, no podemos quedarnos al margen del debate sobre las políticas públicas. Nuestra formación no solo nos da herramientas para comprender el delito, sino también para prevenirlo, mitigarlo y —sobre todo— para proponer formas más justas y efectivas de intervención.

Pensar críticamente las políticas públicas es también un acto de responsabilidad política. No podemos aceptar sin cuestionar. Cada vez que el Estado dice “esto es por tu seguridad”, debemos preguntarnos: ¿quién lo decidió?, ¿con qué datos?, ¿a quién beneficia realmente?, ¿cuáles son sus consecuencias esperadas e inesperadas?

Desde la criminología, tenemos la oportunidad y el deber de incidir. Y todo comienza por entender bien qué son las políticas públicas y cómo operan. Esta entrada es el primer paso.


Referencias:

  • Aguilar Villanueva, L. F. (1992). El estudio de las políticas públicas. México: Porrúa.

  • Ejea Mendoza, G. (2006). Teoría y ciclo de las políticas públicas. Universidad Autónoma Metropolitana.

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